En un sombrío panorama socioeconómico, Argentina se enfrenta a una escalada preocupante de la pobreza, según los datos recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Con un impactante aumento del 1,6%, la pobreza ha alcanzado una cifra alarmante del 41,7% en el segundo semestre de 2023, afectando a cerca de 19,5 millones de personas.
La indigencia, por su parte, ha llegado al 11,9%, lo que significa que aproximadamente 5,6 millones de argentinos se encuentran en una situación de extrema precariedad económica. Estas estadísticas, provenientes del cierre del gobierno de Alberto Fernández, pintan un cuadro desolador de la realidad social del país.
Según el INDEC, este aumento en los índices de pobreza e indigencia no ha discriminado por regiones, ya que se ha observado un incremento en todas las áreas del país. Especialmente preocupante es la situación de los más jóvenes, con más del 58% de los pobres siendo niños menores de 14 años, seguidos por el grupo de entre 15 y 29 años, que representa el 47% de las personas en situación de pobreza.
Las regiones más afectadas por esta crisis son el Noreste (NEA), el Noroeste (NOA) y Cuyo, con índices de pobreza que superan el 44%. Estas cifras evidencian un desafío monumental para las autoridades gubernamentales y la sociedad en su conjunto.
El método utilizado por el INDEC para medir la pobreza se basa en la capacidad de los hogares para acceder a la canasta básica total (CBT) con sus ingresos, mientras que la indigencia se determina por el acceso a la canasta básica alimentaria (CBA). En este contexto, el informe revela que, aunque los ingresos totales familiares han aumentado en un 69%, el costo de estas canastas ha aumentado en un promedio del 81,6% (CBA) y 75,8% (CBT). Esta disparidad entre ingresos y costos es un factor crucial que contribuye al incremento de la pobreza y la indigencia en el país. Ver Más >>>